¿Qué es una leyenda?
Una Leyenda es una
narración oral o escrita de acontecimientos fantásticos, con una mayor o menor
proporción de elementos imaginativos y que generalmente quiere hacerse pasar
por verdadera o fundada en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la
realidad. Se consideran como parte de la historia de una colectividad o lugar.
Se transmite habitualmente de generación en generación, casi siempre de forma
oral, y con frecuencia son transformadas con supresiones, añadidos o
modificaciones.
Diferencias entre leyenda, cuento y mito
Una leyenda, a diferencia de un cuento, está ligada siempre
a un elemento preciso y se centra menos en ella misma que en la integración de
este elemento en el mundo cotidiano o la historia de la comunidad a la cual
pertenece.
Contrariamente al cuento, que se sitúa dentro de un tiempo
("érase una vez...") y un lugar (por ejemplo, en el Castillo de irás
y no volverás) convenidos e imaginarios, la leyenda se desarrolla habitualmente
en un lugar y un tiempo precisos y reales; comparte con el mito la tarea de dar fundamento y explicación a
una determinada cultura, y presenta a menudo criaturas cuya existencia no ha
sido probada.
Se diferencia del mito porque no tiene
la intención de explicar un origen cósmico o divino y contiene un
componente histórico fusionado con el folclore.
Alicia Zaina,
especialista en literatura infantil, plantea que “Mientras que el cuento narra
hechos ficticios, la leyenda cuenta hechos considerados verdaderos por su
comunidad de origen. La función del cuento es recreativa y estética, mientras
que la leyenda busca referir o explicar (siempre desde la óptica de la
comunidad que la creó) por ejemplo, el origen de diferentes seres o elementos
de la naturaleza (leyendas sobre el origen del fuego, ciertos pájaros, la luna,
etc.).”
¿Las leyendas son adecuadas para los niños?
La leyendas tienen características que las vuelven un texto
narrativo posible para niños de edades
entre los cuatro y ocho años.
Las leyendas portan los modos de sentir y pensar de los
pueblos y son transmitidas de generación en generación.
Muestran además una particular relación con los animales,
las plantas y otros elementos de la naturaleza.
Esta particular relación con lo natural se da a través de
componentes fantásticos muy ligados a los intereses de los niños.
Las leyendas son una herramienta interesante para el
trabajar con ellos en la medida que les permite involucrarse dentro de los
valores y costumbres de una comunidad:
-Invitan a conocer, a reflexionar y a opinar.
-Permiten conocer algunas características de ciertos pueblos
originarios, la concepción que estos tienen de la creación o el surgimiento de
determinados fenómenos, objetos, animales o plantas.
Sin embargo no todas las leyendas pueden ser compartidas con
los pequeños, ya que, por ejemplo, algunas de ellas describen situaciones
tortuosas o explicaciones de hechos de complejidad política no recomendables y
que escapan al comprensión infantil.
- Indagar saberes previos.
Relatar a los niños una leyenda y al finalizar preguntar que significa
una leyenda.
Registrar las
reflexiones de los chicos. Por ejemplo:
“Cuentan historias de cosas que pasaron”
“Algunos las creen y otros no”
“Tienen un poco de mentira y un poco de verdad”
“No están escritas, las contaban los grandes de las familias
con la boca, sin anotarlas”
Solicitar que busquen
información sobre leyendas en sus casas.
- Durante el transcurso de la semana continuar anotando la información que cada nene trae
para empezar a armar una carpeta de Leyendas.
- Escuchar leyendas
de diferentes regiones del país. Pueden narrarlas los maestros, padres o
también realizar visitas a la Biblioteca
del Colegio para que la bibliotecaria se
las cuente.
Se utilizará una manta para sentarse, que acompañará a los
niños en el momento de escuchar las narraciones. La misma estará guardada en la
sala en una caja especialmente decorada, de manera que los niños puedan
vivenciar la importancia que conlleva. Será “la manta para escuchar leyendas”.
- Representar las leyendas escuchadas mediante dibujos o
modelado.
- Elegir una leyenda para realizar un mural colectivo.
Buscar fotos de los animales y plantas que aparecen en el relato para observar
y orientar las producciones. Repartir las diferentes tareas a realizar entre
los niños (dibujar, pintar, recortar, pegar, etc.)
- Elegir una leyenda para representar por medio de una
dramatización o títeres.
- Crear una leyenda
entre todos.
Incorporar el texto y las ilustraciones en la carpeta de
leyendas junto a toda la información que se fue recopilando para hacerla
circular entre los hogares de los niños.
Hace mucho, muchísimo
tiempo, las plantas aún no tenían flores. En ese entonces vivía en el sur una
bella niña tehuelche[2] llamada Kospi, de suaves cabellos y dulces ojos negros.
Una tarde de tormenta, cuando el fulgor del relámpago iluminaba todos los
rincones de la tierra, Karut (el trueno), la contempló asomada a la entrada del
Kau (toldo) de sus padres.
La vio tan hermosa,
que a pesar de que él era rústico, hosco y bruto, se enamoró locamente de ella.
Ante el temor de que la linda niña lo rechazara, la raptó y huyó lejos,
retumbando sobre el cielo, hasta desaparecer de la vista de los aterrados
padres de la chica. Al llegar a la alta y nevada cordillera, la escondió en el
fondo de un glaciar. Encerrada allí, fue tanto el dolor y la pena que sintió
que de a poco fue enfriándose hasta que se convirtió en un témpano de hielo,
fundiéndose con el resto del glaciar.
Tiempo después, Karut
quiso visitarla y al comprobar su desaparición, se enfureció terriblemente
lanzando bramidos de desesperación. Tanto ruido rodó hasta el océano y atrajo
muchas nubes que empezaron a llover y llover sobre el glaciar hasta derretirlo
completamente. Así, Kospi se transformó en agua y corrió de prisa montaña abajo
en torrente impetuoso. Luego se deslizó por los verdes valles y empapó la tierra.
Al llegar la
primavera, su corazón sintió ansias de ver la luz, de sentir la cálida caricia
del viento y de extasiarse contemplando el cielo estrellado por las noches.
Trepó despacio por la raíz y tallo de las plantas y asomó su preciosa cabecita
en las puntas de las ramas, bajo la forma de coloridos pétalos. Habían nacido
las flores. Entonces todo fue más alegre y bello en el mundo. Por ese motivo es
que los tehuelches llamaron Kospi a los pétalos de las flores.
[1] En lengua Tsoneka o tehuelche se le denomina Kospi a los pétalos de
las flores.
[2] Dice la leyenda “... Kospi empleaba el tiempo en las tareas propias
de la mujer Tsoneka, coser quillangos, pintarlos, preparar pinturas, tejer
mantas...”.
Otras leyendas para trabajar con los niños
- Schujer, Silvia; Prada, Marta (2005) La leyenda del colibrí
- Wolf, Ema; Prada, Marta (2005) La leyenda de la ballena
- Tokjuaj y la lluvia: leyenda wichi
- El nahuel y el hombre perdido: leyenda mapuche
- Los isondúes: leyenda guaraní
- Goos, la ballena: leyenda tehuelche
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